miércoles, 24 de junio de 2015

Kendo Kaponi: un talento en el bajo mundo de la música

 

Llora al recordar que conoció a su padre cuando ya estaba muerto en un ataúd.

La vorágine de emociones que sacude al cantante y compositor Kendo Kaponi al conversar sobre su pasado lo ha inspirado para desahogar su dolor a través de sus canciones callejeras, lo que le ganó el respeto de los veteranos del reguetón para quienes ha escrito.
A los siete años empezó a vivir en hogares sustitutos del Departamento de la Familia debido a la adicción de sus padres. Su rebeldía la manifestó en la calle, por lo que con sólo 13 años cumplió cárcel hasta los 19 por un caso de drogas, violación a Ley de Armas, tentativa de asesinato y restricción a la libertad. Luego, culminó una probatoria hasta los 21 años bajo el programa Vida Independiente, donde se convirtió en barbero.
“Yo era un niño buscando dirección”, dice con un dejo de tristeza en su mirada el artista, que sólo estudió hasta el quinto grado de escuela elemental.
Afirma creer en Dios, pese a que intentó suicidarse a los 16 años tomando pastillas, pero por las cámaras de seguridad en el hogar donde se encontraba cumpliendo su condena, pudo ser socorrido.
En cuanto a la palestra musical, narra que su nombre, Kendo Kaponi, fue tomando fuerza tras componer para Wisin & Yandel el tema Quítame el dolor, trabajar en la mayoría de las canciones de Cosculluela, en el disco El juicio final, de Héctor Delgado, antes conocido como Héctor “el Father” y con Daddy Yankee en el remix Llegamos a la disco.
“Soy de las personas que cree en escribir lo que se vive, lo que se ve. No creo en inventar y sé que es de los artistas inventar. Es más bonito cuando aprendes a redactar todo lo que te rodea”, precisa el orgulloso padre de Kidaea Gasel (7) y Cheniel Kaponi (8), a quienes les profesa el amor que no recibió de su familia, protege y no les permite escuchar sus canciones callejeras.







No hay comentarios:

Publicar un comentario